sábado, 14 de mayo de 2011

EL CIELO...

El Cielo
Cuento de Paulo Coelho.

Un Hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos andan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición…).

La carretera era muy larga y colina arriba el sol era muy intenso; ellos estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro. El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
• Buenos días.
• Buenos días - Respondió el guardián
• ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
• Esto es el Cielo.
• Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!
• Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. Y el guardián señaló la fuente.
• Pero mi caballo y mi perro también tienen sed…
• Lo siento mucho – Dijo el guardián – pero aquí no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante.
Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles…A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
• Buenos días – dijo el caminante.
• El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
• Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo
• Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el hombre, indicando el lugar.
• Podéis beber toda el agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed. El caminante volvió atrás para dar gracias al hombre.
• Podéis volver siempre que queráis le respondió éste.
• A propósito ¿Cómo se llama este lugar? – preguntó el hombre.
• CIELO.
• ¿El Cielo? ¡Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
• Aquello no era el Cielo. Era el Infierno – contestó el guardián.
• El caminante quedó perplejo.
• Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! – advirtió el caminante.
• ¡De ninguna manera! – increpó el hombre
• En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos…
• Jamás abandones a tus verdaderos Amigos aunque eso te produzca inconvenientes personales.
• Si ellos han estado dándote su amor y compañía has contraído una deuda: “No abandonarlos nunca”.
• Porque:
• Hacer un Amigo es una Gracia.
• Tener un Amigo es un Don.
• Conservar un Amigo es una Virtud,
• Ser Tu Amigo, es y será, un Honor…



7 comentarios:

MAMUMA dijo...

Por desgracia se acerca el verano y con él la época del año, de ver animales, sobe todo perros abandonados.

Amig@mi@ dijo...

Qué bueno siempre Coelho.
Me encanta.
Besos

CISNE dijo...

Me ha gustado muchisimo tu entrada,es lo mas bonito que he leido hoy,que solo he visto noticias,las de siempre...que si las elecciones...en fin,que en este mundo que vivimos el perro,es y sera el mejor amigo del hombre,cariñoso y fiel..sin intereses...cuanto les quiero!
gracias por tu entrada.

LaCuarent dijo...

Son lo mejor que nos pasa espero que lleguemos a ser como ellos y no ser tan humanos
El cuento lo conocía pero es fantástico
Tus chicos guapos de verdad
Besos

Juanml dijo...

Siempre es refrescante leer y releer ese tipo de historias, y los perritos hermosisimos, saludos.

Diva de noche dijo...

Precioso cuento..y una terrible verdad..a veces los amigos te abandonan en la primera que te ven en desgracia..como si las cosas malas que te ocurren les fuera a traer mala suerte a ellos tambien..
Besoss...

Jordicine dijo...

Coelho siempre sorprende. Y sobre el abandono de animales sólo puedo decir que es injusto, muy injusto. Un beso, CARLA.