viernes, 7 de noviembre de 2008


Coger en brazos a una criatura viva, captar su belleza, sentir el latir de su corazón en nuestras manos, saber que confía en nosotros, es comprender por fin que estamos unidos. Es ahuyentar toda soledad.
Tu perrito no ha visto nunca un conejo. Pero observale mientras duerme, está persiguiendo a un mamut.

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