sábado, 21 de marzo de 2009

SAHARA...


Hoy estoy moñas, a lo mejor es porque he hablado con un amigo de la niñez y hemos estado recordando aquellos años, y ¡que años!. Viví muchos años en el Sahara, creo que los mejores años de mi vida.
Cuando nos fuimos a quellas tierras yo tenía 9 años, y era un verdadero drama, dejaba amigos, colegio, familia, todo...no me podía imaginar como era ese país. En mis fantasias lo veía solo con arena, arena y más arena...en medio de un desierto enorme sin nada más.
La verdad es que no estaba muy equivocada, porque no había mucho más, pero es una tierra que te llega a cautivar, nunca la olvidas, es única. Mi adolescencia allí fué lo mejor que tuve. Los amigos fueron para toda la vida. Allí conocí a la persona que hoy es mi marido y seguimos manteniendo contacto con casi todos nuestros amigos del Sahara. Nos reunimos casi todos una vez al año.
Las reuniones comenzaron hace unos 10 años, y hacia más de 20 que no nos veiamos. Tener en cuenta que donde viviamos estabamos todo el día juntos, en el colegio, luego en el instituto, en la calle, en la piscina, en todas partes, nos conociamos todos, porque eramos los únicos que allí viviamos. No habían más pueblos ni ciudades a nuestro alrededor y nosotros nos supimos construir una vida.
Nos arrancaron de aquellas tierras sin que nosotros nos dieramos cuenta, de repente, de un día para otro nos tuvimos que ir, casi sin despedidas. Cada uno fuimos a parar a partes distintas de España, y de algunos ya no volvimos a saber nada, fué muy duro, demasiado...
Pero bueno, hay que buscar la parte positiva. Experiencias como esa casi nadie las ha tenido, y cuando nos juntamos parece como si no hubiera pasado el tiempo, porque aquellos años y aquella tierra nadie podrá apartarlos de nuestro recuerdo...y de nuestro corazón.

6 comentarios:

Suricato dijo...

wow, eso está de lujo... me imagino que debe ser súper enriquecedor el haber tenido esa experiencia...eso es lo primordial, que eso que vivimos deje huella en nosotros para siempre...

Me alegró el día tu escrito, sí que sí

Rosalía Navarro dijo...

Cierto, por eso somos comos somos, por nuestro pasado y nuestras experiencias. Me has hecho recordar a mi también.
Un beso.

Desde mi realidad dijo...

Tienes suerte por haber podido vivir algo así :)

Amig@mi@ dijo...

Afloraron las raices en este caso profundas que dejaste allí...
Yo también las dejé en muchos sitios y me encanta visitarlas de vez en cuando.
Un besote

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Los desiertos tienen su encanto. Granito a granito, vamos sumando amistades en este caminar por la vida.

Seguro que disfrutáis de esos encuentros.

Anónimo dijo...

Es bonito poer conservar amistades de tantos años.

besos.